El verdadero origen del aumento de pecho se remonta a la segunda mitad del s XIX con el desarrollo de la cirugía dentro del campo de la medicina.
Era frecuente encontrar mujeres con tumores a las cuales se les debía extirpar el pecho. Desde siglos atrás, el pecho siempre es tratado como un atributo femenino y de señal de identidad entre las mujeres de todo el mundo.
Esto hizo que diferentes cirujanos intentaran reconstruir los pechos de mujeres que habían sido intervenidas quirúrgicamente.
La primera operación data de 1895 y fue realizada por el Dr. Czerny, un cirujano de República Checa. Czerny utilizó un injerto de piel con un lipoma benigno que tenía la paciente en la espalda. La operación fue un éxito.
Durante los siguientes años, empezaría la búsqueda de materiales para el relleno de las mamas y conseguir el aumento de pecho.
Inicialmente Robert Gersuny inició una técnica de relleno con inyecciones de parafina en los pechos. Está técnica no resultaba válida, y generaba muchas complicaciones en los pacientes que se sometían a la intervención. Finalmente terminó en desuso.
Durante las siguientes décadas hubo un ímpetu constante dentro de la cirugía mamaria por poder encontrar un material de relleno que pudiera brindar garantías a las mujeres operadas. Vidrio, esponjas, poliuretano e incluso grasa del mismo cuerpo para alcanzar una solución satisfactoria.
Sin embargo, estos materiales seguían generando muchas complicaciones tras la operación. Contracturas capsulares, infecciones e incluso desplazamientos no deseados a otras áreas del torso eran las más comunes.
No sería hasta 1962, cuando dos cirujanos llamados Croning y Gerow en Texas, realizarán la primera operación de aumento de pecho con prótesis de silicona. Utilizaron unas bolsas de silicona de uso hospitalario rellenas de un aceite de silicona.
Esta silicona hospitalaria tenía biocompatibilidad con el cuerpo (bajas tasas de rechazo), biodurabilidad (difícil de romper), es un material hidrófobo y gran estabilidad térmica y química. Este nuevo material lo hacía a la silicona hospitalaria una candidata ideal para el aumento de pecho.
Desde esta intervención, rápidamente se popularizaron y se convirtieron en el nuevo estándar en la operación de aumento de mamas.
Durante 1980, las prótesis mamarias se mejorarían añadiéndoles un recubrimiento de poliuretano de alta densidad para garantizar la durabilidad de la misma.
También aparecieron nuevos materiales para las prótesis como el elastómero de silicona, que reducía los riesgos de contracción capsular. Hubo también otros materiales para la fabricación de prótesis mamarias como rellenos de solución salina.
En la actualidad se usan implantes con rellenos de un gel semisólido de silicona que reducen significativamente las fugas en caso de rotura.
Hoy en día todos los implantes de pecho deben ser aprobados para su uso en personas. Concretamente las dos agencias que regulan su uso son la FDA en Estados Unidos y la Agencia Europea del Medicamento.
Es por ello que cualquier fabricante de prótesis o modelo que no tenga el sello de estos organismos, no nos aseguran los estándares básicos ni garantías.