¿Quién no tiene complejos?, ciertamente todos desarrollamos en mayor o menor medida esta emoción relacionada con la autoestima. Lo importante es saber identificarlos para gestionar los complejos: cómo evitar que nos afecten, para superarlo asertiva y eficazmente. Sigue con nosotros y aprende a fortalecer tu autoconfianza con los consejos que encontrarás en las siguientes líneas.
Complejos: ¿Qué son?
De acuerdo a la definición de aceptación general, el término complejo se refiere a la agrupación de ideales, sentimientos reprimidos o relacionados con ciertas experiencias que tienen el poder de perturbar o modificar el comportamiento o percepción de una persona con relación a sí misma.
Es decir, que los complejos se presentan en un individuo como una respuesta de disgusto o desagrado relacionado con ciertos aspectos de sí mismo. Por tanto, son sentimientos adversos sobre rasgos personales indeseados, que impiden sentirse felices o conformes.
Tipos de complejos
Como bien se refirió, todas las personas son presa de complejos, sin embargo, algunas saben cómo manejarlos y vivir con ese fantasma, o incluso superarlo para sentir bienestar y conformidad consigo misma. Bien porque son fuertes, buscaron ayuda profesional o aprendieron a lidiar con sus debilidades.
Generalmente, los complejos vienen de la infancia, por lo que suele desconocerse con precisión la raíz de la ansiedad y angustia ante eventos concretos de la vida. Además, casi siempre los complejos son físicos (más usual en mujeres), y sin ánimo de parecer expertos en la materia, de alguna forma justifica los continuos cambios físicos solicitados por las mujeres.
Mientras que otros complejos son de tipo psicológico, un ejemplo muy común es el complejo de inferioridad o su espejo, de superioridad. Existen otras formas que han sido bautizados con nombre propio, en vista que presentan actitudes concretas, como es:
- Complejo de Edipo: cuando el hombre compara a todas las mujeres de su vida con su madre.
- Complejo de Electra: contrario al anterior, se refiere cuando la mujer compara al hombre perfecto con su padre.
- Complejo de Peter Pan: es propio de las personas que se niegan a madurar y huyen o no asumen compromisos.
- Complejo de Blancanieves: es frecuente en mujeres que buscan ser el centro de atención, así como tener la aprobación de sus acciones por todas las personas de su entorno.
Estos factores alusivos a complejos personales asociados a ciertos personajes, tienen su origen en diversos factores. Pero se pueden agrupar y diferenciar en 3 grandes grupos a saber:
Complejos físicos
Por lo general, los complejos físicos afectan más a quienes otorgan mucho valor e importancia a su físico y estética. De tal modo, que si hallan algo que no les gusta cuando se observan en el espejo, por lo que se forman una idea distorsionada de su realidad.
El complejo físico puede incluso transformarse en un verdadero trastorno psicológico si no se recibe ayuda, como es el caso de la bulimia y la anorexia, por citar los más frecuentes en mujeres jóvenes principalmente.
Complejos psíquicos
Por su parte, los complejos psíquicos son más serios y complicados, ya que no suelen evidenciarse, y se relacionan con la mente o psique de la persona. Uno de los rasgos más visibles es cuando se siente inferior o menos que el resto, sea por considerar que no tiene los mismos estándares en habilidades o méritos que otros.
Complejos sociales
Los complejos relacionados con los aspectos culturales, económicos, profesionales, etc. Es decir, son diversos, por tanto, difíciles de abordar porque mezclan los orígenes, oportunidades laborales, tipo de sociedad, condición social, entre otros.
Origen de los complejos: familia y escuela
Es indudable la responsabilidad de la familia y la escuela en la formación y modelación de la conducta de las personas. En consecuencia, ambos actores son los principales inductores de los complejos en la etapa infantil, porque el niño(a) no se siente querido, valorado y apoyado.
Asimismo, el complejo puede originarse de algún rasgo físico que hace diferente a un niño del resto de compañeros y amistades. Y de no atender oportunamente esta condición, la insatisfacción consigo mismo se acentúa en la pubertad.
Sin embargo, es la sociedad que muchas veces genera complejos en adultos, transmitiendo señales de rechazo, dejándole saber que no pertenece a determinado círculo social. Esto es muy frecuente en los cánones de belleza impuestos por los medios de comunicación, muy común actualmente por la fuerza de las redes sociales.
En todo caso, muchas personas no han podido o sabido superar esos complejos de su niñez, bien por incapacidad de analizar la raíz de su ansiedad y angustia ante situaciones específicas, o no ser atendidos profesionalmente.
¿Cómo evitar que los complejos afecten tu vida?: Consejos
Como cualquier otra condición que afecte el normal desempeño en la vida, el primer paso para aceptar que se tiene un complejo. Y para ello, es necesario entender que se trata de un problema.
Aunque es normal tener complejos, es decir, todas las personas los tienen, estos se convierten en problema cuanto afectan el desenvolvimiento normal en la vida y el relacionamiento con las demás personas del entorno.
Es posible que muchas personas decidan tratar sus complejos, mientras que otras, optan por ocultarlo. Debiendo reiterar al respecto, que toda solución comienza por aceptar los defectos y realzar las virtudes, sin duda, se dice fácil, pero lleva tiempo, esfuerzo y, especialmente, ser flexibles consigo mismo.
Lo importante, es tomar acción cuando los complejos representan más que un problema, es decir, una patología. En todo caso, corresponde a un profesional diagnosticar y tratar la condición según cada caso, pues solo así se puede avanzar.
Todo dependerá del grado de afectación del complejo, puesto que si está muy arraigado, pudiera tener consecuencias severas, impidiendo un normal y sano desenvolvimiento en la dinámica diaria. Para abordar personalmente los complejos, se sugiere:
Observar al resto
No es ver los defectos en otras personas para criticarlos, sino más bien, observar cómo gestionan sus debilidades (que todos tenemos). Esto ayuda a trabajar esas áreas que no gustan, con el objetivo de aclararlas y mejorar la capacidad de tolerancia.
Hablar de los complejos sin tabúes
Esto se refiere a hablar con naturalidad de las debilidades, más que pretender ser escuchado o quejarse, es buscar ayuda para mejorar. Conversar de lo que preocupa o angustia permite hallar soluciones. Mientras que cerrarse y sufrir solo(a), no deja abordar los complejos, los profundiza.
Aceptar los halagos
Así como todos tenemos complejos, todos estamos llenos de virtudes, sin embargo, puede costar aceptar un cumplido o halago. Y seguramente, muchas veces las personas cercanas o queridas han manifestado lo bien que te ves, los lindos ojos o sonrisa que tienes o lo capaz que eres para solucionar un problema, en el trabajo, el hogar u otro.
Ciertamente, todas las personas destacan por muchas cosas, no solo una. Por ello, eliminar los complejos comienza por aceptarse cómo se es, aceptar cumplidos y darlos. Para contribuir con más herramientas personales a esta tarea, a continuación algunos consejos útiles para decirle adiós a los complejos:
- Aprender a valorarse, dejar de hacer caso a lo que dicen otros.
- Dejar de buscar la aprobación del resto. Actuar según las propias creencias y criterios, dejando de lado lo que otros quieren.
- Esforzarse en quererse y aceptarse, con los defectos y virtudes.
- Reconocer y aceptar los límites con naturalidad.
- Hacer una lista de lo positivo que se tiene y trabajar para reforzarlo. Luego dejarlo saber a los demás, en lugar de mostrar y hablar de los defectos.
- Reforzar la autoestima y autoconfianza con pensamientos y actitudes positivas. En la vida todo tiene algo bueno y malo.
- No fundamentar o justificar determinadas actitudes con los demás.