El botox (o toxina botulínica tipo A) es una neurotoxina que, a pesar de ser administrada por el botulismo (una enfermedad que surge de una bacteria que provoca la pérdida de movimiento de los músculos y puede provocar problemas respiratorios, enfermedades o deficiencias), se utiliza con fines clínicos para tratar algunas infecciones neurológicas y en la medicación de estilo.
Cuando La toxina botulínica se infunde en la piel, afloja los músculos para reducir su fuerza de compresión. Esto hace que se corte la correspondencia con los nervios, por lo que acaba provocando una pérdida de movimiento al no recibir órdenes. En consecuencia, se espera generalmente utilizado en productos de cuidado de la belleza para frenar la presencia de torceduras.
Aplicaciones de la toxina botulínica
Se utiliza actualmente en varias aplicaciones clínicas, fundamentalmente para tratar el estrabismo, la distonía, el blefaroespasmo (retracción discontinua y obligatoria de los músculos del ojo), el tormento espinal, el dolor de cabeza, la hiperhidrosis o la incontinencia urinaria en parapléjicos.
En cuanto a la medicación de buen gusto, su aplicación más popular es para acabar con las torceduras faciales, ya que es la cura que ofrece más beneficios: no necesita un procedimiento médico, suele aplicarse siempre, es fácil, sus pertenencias son rápidas y rara vez crea resultados desfavorables. Suele aplicarse en el entrecejo, en las cejas, en el borde de la boca, en los lados de los ojos y en el cuello. Algunas investigaciones también han intentado demostrar que la infusión de Botox puede ayudar a combatir la tristeza. No obstante, esta aplicación no tiene una prueba lógica adecuada.
Los impactos de la toxina botulínica no son duraderos, por lo que, si un individuo desea mantener sus pertenencias, la persona debe ir a través de aplicaciones rehashed. La duración normal de un tratamiento se mantiene en el rango de 4 años y medio (aunque en ciertos pacientes sólo aguanta dos meses). Cuando este tiempo ha pasado, las personas que desean continuar con el tratamiento deben esperar tres meses más para volver a aplicar el tratamiento.
Otro uso que está cobrando importancia es el botox capilar. Esta metodología arregla el cabello dañado y le da imperatividad fortificando los cierres y eliminando el encrespamiento. No obstante, no es realmente botox, sino un concentrado de nutrientes, caviar, colágeno, proteínas y otras partes.
Impactos antagónicos
El uso de la toxina botulínica para fines de buen gusto puede tener resultados desafortunados en caso de que no sea realizado por un experto. Los expertos no sugieren la aplicación de bótox bajo el cuello, ni para los menores de 20 años o mayores de 65. Las mujeres embarazadas no deberían someterse a este tratamiento, ni las personas hipersensibles al complejo de neurotoxinas o a sus excipientes.
Además, podría provocar migrañas, mareos, expansión o pérdida de movimiento facial. En el caso de que se utilicen otros medicamentos, puede interferir con su efecto. Con poca frecuencia, podría estropear el hablar, tragar o relajarse.
Su utilización está conectada además con la posibilidad de que se cuelguen las cejas y los párpados. En estos casos, las víctimas suelen tener una sensación de peso. Este impacto antagónico no es extremadamente normal y ordinariamente se asientan normalmente dentro de tres semanas de comenzar el tratamiento.
Por otra parte, es importante que antes de comenzar un tratamiento con botox, el cliente se asegure de que el veneno está de acuerdo con las garantías de bienestar. En España hay cuatro marcas que han sido aprobadas por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para evitar este tipo de problemas.
¿Qué tipos de Toxina botulínica existen?
Lo más importante es explicar que lo que conocemos como Botox® es un medicamento presentado por los laboratorios Allergan. No obstante, la sustancia protagonista de este fármaco es la toxina botulínica tipo A.
De esta manera, el más popular es Botox®, sin embargo, no es el principal tipo de veneno botulínico tipo A qué se puede aplicar en los medicamentos de buen gusto.
Existe además otro tipo de veneno tipo A llamado Azzallure difundido por Laboratorios Galderma.
Por otra parte, podemos rastrear un tercer tipo de veneno botulínico llamado Bocouture de los Laboratorios Merz. Como debería ser obvio, tanto el Botox® como el Azzallure y el Bocouture son venenos botulínicos de tipo An y cada uno de ellos asegura impactos comparables.
A pesar de que se promueven bajo varios nombres en Europa, estos son los principales tipos de Botox que estarán disponibles en las terapias faciales de cada centro clínico de estilo.
En cualquier caso, ¿cuál es el mejor entre los tres tipos de toxina botulínica?
La distinción fundamental radica en la conservación del artículo: tanto el Botox® como el Azzallure requieren una refrigeración persistente, mientras que el Bocouture de los Laboratorios Merz no necesita refrigeración al ser una toxina botulínica sin proteínas.
¿Cómo se inventó el botox?
La utilización del veneno botulínico era normal en la medicina clínica, explícitamente en la oftalmología, y fue entonBces cuando se empezó a ver que esta sustancia estaba equipada para hacer desaparecer las arrugas alrededor de los ojos.
Esto dio paso a que el Botox comenzara a tener presencia en el campo de la medicación de buen gusto y tal fue su reconocimiento e impactos que, hoy en día, es muy posiblemente el tratamiento de estilo más solicitado.
¿Cuál es la mejor toxina botulínica?
La mejor toxina botulínica es el botox es el que su especialista de buen gusto entienda que es el más adecuado para usted, es decir, no hay ciertamente uno superior y otro más lamentable, sino que cada uno será más recomendable para unos casos u otros.
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