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El problema de las várices es bastante común, sin embargo, no siempre se tiene información con respecto a las causas y los tratamientos más efectivos. Si te interesa, sigue leyendo. Te aseguramos que aprenderás a poner cuidado a los síntomas y tomar acciones para evitar complicaciones. ¡No te lo pierdas!
¿Qué son las várices?
Las varices son el resultado de las dilataciones permanentes que sufren las venas superficiales de las piernas. Esto se produce como consecuencia de la disfuncionalidad de las válvulas venosas o la obstrucción de la vía principal de drenaje, es decir, el proceso de retorno de la sangre al corazón no se cumple adecuadamente.
Según el tamaño, es posible hablar de tres tipos de várices:
- Arañas vasculares: las cuales en realidad presentan un problema estético, pues pueden desarrollarse como pequeños hilos azulados debajo de la piel.
- Várices reticulares: son venas de pocos milímetros, pero que al dilatarse pueden ser palpables. Cuando se manifiestan producen ciertos síntomas, tales como picor o cansancio en las piernas.
- Várices tronculares: se manifiestan como dilataciones considerables en el sistema venoso superficial, por lo que pueden tocarse sin problema. Están asociadas con excesivo picor, dolor, cansancio e hinchazón en las piernas.
Factores de riesgo
Los factores de riesgos asociados con la aparición de las várices son los siguientes:
- La edad: es posible que mientras más edad se tenga, mayor sea el problema de la disfuncionalidad venosa. Según estudios médicos, aun cuando las primeras várices pueden aparecer durante la adolescencia, la patología se agrava progresivamente en adultos y personas mayores.
- La genética: la herencia desempeña un rol fundamental en la aparición de las várices. Así, si en la familia, y sobre todo en los padres, hay antecedentes de disfuncionalidad venosa, lo más probable es que los hijos también la padezcan.
- El Embarazo: es probable que durante este período se dificulte el flujo de la sangre de las piernas al corazón, pues el ascenso normal puede verse afectado por la comprensión del útero y del feto sobre el sistema de venas abdominales.
- El sedentarismo: el hecho de no caminar lo suficiente afecta considerablemente el bombeo de sangre al corazón. Al estar muchas horas sentado en una única posición o mantenerse de pie por largos periodo de tiempo contribuye de una manera significativa a la aparición de varices.
- La gordura o sobrepeso: esta situación particular está muy asociada con la condición anterior (no caminar) y también con la compresión que por efecto del peso se hace sobre el sistema de venas abdominales. Esto, sin duda, impide el correcto retorno de la sangre y la aparición de várices.
¿Por qué aparecen las várices?
La aparición de las várices está asociada a la disfuncionalidad en las válvulas venosas, lo que se conoce como insuficiencia venosa. Es decir, las venas no son capaces de retornar la sangre al corazón.
Entonces, el problema se presenta cuando eso sucede, ya que el cúmulo de sangre que no va al corazón dilata las venas y estas se van haciendo visibles y hasta pueden palparse, creando las famosas várices.
Las válvulas se localizan específicamente en el interior de las venas y la función que deben cumplir es que la sangre fluya en forma ascendente, es decir, desde las piernas al corazón. Cuando esto no sucede se diagnostica como insuficiencia venosa.
Sin embargo, las várices pueden ser el resultado de otro problema que se conoce con el nombre de obstrucción del sistema venoso profundo. En este caso no es la disfuncionalidad de las válvulas venosas, sino que se obstruye la vía principal de drenaje de las piernas y la sangre fluye entonces por el sistema venoso superficial e incrementa su volumen.
Síntomas y complicaciones de las várices
La insuficiencia venosa es una patología que muestra claramente evidencias de su presencia, pues hay síntomas muy específicos asociados a la misma. Por lo tanto, si no se toman en cuenta ni se busca tratamiento el problema tiende a complicarse.
Síntomas
Los síntomas más recurrentes que se presentan cuando hay complicaciones de várices son muy evidentes, pues crean malestar que no pasa desapercibido para quien los padece.
- Picor: es un síntoma evidente de várices, y puede presentarse alrededor de los tobillos. Suele estar asociado al oscurecimiento de la piel en esa zona cuando hay problemas severos.
- La sensación de hinchazón y cansancio de las piernas: ambas sensaciones son muy habituales cuando hay presencia de várices. En las mujeres, estos síntomas están muy relacionados con los ciclos menstruales, períodos en los que la molestia tiende a aumentar.
- El dolor: la presencia de várices puede ocasionar dolor en las piernas cuando se está mucho tiempo de pie, pues el flujo de la sangre no asciende como debería. Por otra parte, el dolor repentino e intenso en algún punto del sistema venoso pudiera estar advirtiendo un problema relacionado con una varicoflebitis (venas duras y dolorosas).
Complicaciones
Las complicaciones se muestran como signos evidentes de las várices. Es decir, quien los presenta no puede negar que realmente tiene problemas bastante serios en el sistema venoso.
- Presencia física de arañas vasculares, las cuales son várices diminutas que aparecen en las piernas y que dan la sensación de una tela de araña o caminos de un color azulado.
- La presencia de las várices: es un signo inequívoco, pues tienden a manifestarse como dilataciones del sistema venoso.
- Piernas hinchadas: ya no es la sensación de hinchazón, ya que se hace evidente al poder contemplar la inflamación.
- Manchas en la pantorrilla: la piel tiende a oscurecerse y pueden presentar puntos o manchas oscuras. Son muy comunes en los tobillos, tanto en su cara anterior como interna.
- Varicoflebitis: se hace evidente la presencia de várices duras y calientes que ocasionan un dolor profundo localizable.
- Gotas de sangre: suelen llamarse sangrados o varicorragia. Consisten en várices gruesas que se encuentran muy superficiales y ,por lo tanto, pueden crear úlceras que se abren al exterior de la piel. El sangrado como tal no presenta gravedad, por lo que se recomienda la elevación de las piernas.
¿Cómo eliminar las várices y sus tratamientos?
El problema de la insuficiencia venosa es tratado a través de fármacos y técnicas quirúrgicas, pero la evolución de la patología es muy particular y no siempre los pacientes responden por igual a los tratamientos.
Fármacos
Es posible encontrar una gran cantidad de flebotónicos para tratar la insuficiencia venosa. Entre los más conocidos se tienen el ginkgo biloba, el extracto de castaño de indias y los extractos vegetales o flavonoides. Sin embargo, el consumo de los mismos no garantiza una mejoría inmediata, pues la eficacia es discreta y depende mucho de la situación particular de cada paciente. Algunos pueden presentar disminución de los síntomas mientras que otros no.
En este sentido, corresponderá al médico tratante seguir la evolución del paciente según el fármaco prescritos y determinar la necesidad de continuar con el tratamiento o proponer otro que quizás puede mejorar la situación particular.
Es imprescindible señalar que el tratamiento farmacológico en ningún momento elimina las várices, pues lo que se busca es mejorar la calidad de vida del paciente. Se espera que disminuya los síntomas y evite complicaciones relacionadas con flebitis, sangrado, presencia de úlceras y problemas cutáneos.
Técnicas quirúrgicas
El tratamiento quirúrgico que se aplica en el caso de las várices tiene una doble finalidad: corregir la causa del problema y eliminar las venas visibles dilatadas.
En este caso, se utilizan dos técnicas muy parecidas:
- La fleboextracción o stripping: busca eliminar del sistema venoso superficial la parte donde tiene lugar la obstrucción que da origen a las várices.
- La estrategia CHIVA: elimina solo los puntos donde se presenta el reflujo.
Al corregir la causa, inmediatamente se procede a extraer o eliminar las venas dilatadas. Para ello es necesario seguir el trayecto de las mismas y efectuar pequeñas incisiones. Esta intervención es sencilla y puede hacerse ambulatoria.
¿Cómo prevenir las várices?
Una vez que aparece la sintomatología que acompaña a la insuficiencia venosa, es imprescindible cumplir ciertas recomendaciones que buscan evitar que el problema se agrave.
- Hacer ejercicio físico es vital, sobre todo caminar. Esto ayuda a combatir el sedentarismo y el sobrepeso. También permite que desde las piernas haya un bombeo adecuado de la sangre hacia el corazón. Lo más recomendable hacerlo regularmente a paso ligero por un tiempo de 10 o 20 minutos.
- Elevar las piernas para que reposen evita la retención de líquido, por lo que sería ideal descansar varias veces al día con las mismas hacia arriba.
- Exponer las piernas a duchas de agua fría es muy beneficioso, pues el frío provoca que se estrechen los vasos sanguíneos y a su vez esto evita que la sangre se acumule.
- Evitar en lo posible la estadía en ambientes muy calurosos, así como la exposición al sol por mucho rato.
- Usar medias compresivas es vital, ya que se ha demostrado que estas tienen un efecto muy positivo en el tratamiento de las várices. Eso sí, el uso de las mismas debe estar sujeto a prescripción médica.
- Cumplir con las prescripciones médicas, en caso de que recomienden alguna que otra técnica terapéutica (fisioterapia, masajes de drenaje linfático, la presoterapia, entre otras). Esto es imprescindible, no se someta a ningún tratamiento de este tipo sin consentimiento de su médico.
Ahora bien, la prevención de las várices debe convertirse en una responsabilidad personal, pues es el mismo paciente quien debe tomar conciencia y eliminar o evitar las situaciones que agravan el problema.
¡Hola! Me llamo Esther
Este es mi blog donde intento ayudar a otras mujeres a resolver sus dudas e inquietudes sobre todo lo relacionado con el mundo femenino.
Empecé este proyecto contando mi experiencia sobre mi operación de aumento de pecho.
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